Pero es notable el mensaje del PSOE, de la alcaldesa en particular. Vaya por delante nuestra alegría al comprobar que van a remunicipalizar de verdad, esto será ciertamente histórico y tendrá sus nombres como protagonistas. Pero el empeño en mostrarse como el héroe salvador que ve a la chica en grave peligro y llega inmediatamente con su capa blanca a vengar el ultraje y rescatar a la víctima, eso parece excesivo.
Ese afán de protagonismo, ocultando, silenciando, no nombrando por su nombre a nadie más que a sí mismos, es un vuelo bajo, es una muestra de poca altura. El vencedor se convierte en héroe solo si tiene mirada amplia y generosa. Solo hay una medalla y ya tiene inscrito el nombre de la alcaldesa, enhorabuena sincera.
Pero no se dan cuenta de que lo que se ha conseguido -o casi- no es algo meramente local, es algo que alcanza mucho más lejos, es algo de lo que ya están hablando en todos los foros nacionales, es motivo de alegría en toda España, aparece ya en publicaciones internacionales (basta buscar “Alcázar” en la revista digital www.globalwaterintel.com y se lee el artículo de Richard Weyndling). Pretender que esto es una cosita más del repertorio de acciones municipales es no entender bien la dimensión, es volar muy bajo.
Lo que se está a punto de lograr no es el solo el final de un proceso, es el comienzo de una oportunidad. Hay que entender esta remunicipalización como la posibilidad de emprender el camino del cambio hacia un Alcázar solidario y ecológico. Ahora podremos decidir sobre todo lo referente al ciclo hídrico (desde la captación hasta la reutilización), que es como decir sobre todo lo referente a la vida social y natural de nuestra comunidad. No se recupera solo una empresa pública, se recupera el control del futuro. Y hay que saber lo que se quiere hacer con ese futuro.
Animamos a todos los miembros del Gobierno a alzar el vuelo, descubrirán que este logro es mucho más importante si se entiende como colectivo. Y no solo de los vecinos de Alcázar, también nosotros hemos sentido estos años el apoyo de mucha gente de España y de Europa. Quedarse en lo local para aumentar el beneficio electoral es una muestra de pobreza.
Podríamos empezar por encender bien el foco y ver todos los rincones, ver con claridad a todos los participantes en el logro. Convocar la Mesa del Agua, reactivar esa mesa de contacto entre el Gobierno y algunos representantes de los colectivos implicados, es un punto de arranque imprescindible. No hacerlo parecería que se está ocultando algo, y no hay ninguna razón para hacerlo.
Porque las cartas están repartidas ya: lo único que queda por saber es cuánto dinero queda por devolver a Aqualia (ya se han cobrado una buena parte) y no permitir que sigan en Aguas de Alcázar haciendo nada de nada. No valdría decir que se van pero dejar que sigan prestando servicios por los que tengamos que seguir pagándoles. Que se vayan y que se olviden de Alcázar, igual que nosotros nos olvidaremos de ellos.
Plataforma contra la privatización de Aguas de Alcázar