La
Audiencia Provincial de Ciudad Real ha absuelto a Ángel Puente del delito de
injurias contra la Plataforma del agua y contra otros dos ciudadanos
particulares. Las sentencias judiciales se asumen y se cumplen, y así haremos
también con esta. Pero las sentencias judiciales pueden criticarse. Esta es una
sentencia dudosamente acertada y, desde luego, difícilmente entendible. El
propio tribunal tiene dificultades manifiestas para argumentar su decisión,
porque a la vista de todos, la actitud de aquel que fue portavoz del Gobierno
Local era hiriente y se basaba en el todo vale para atacar sin argumentar a
todos los que se le opusieran.
Los
jueces, sin embargo, nos mandan un mensaje que no está a la altura de estos
días ni de nuestra sociedad. A nosotros nos insultó, nos llamó pro-etarras. Nos
llamó podredumbre, nazis, y sentimos la hostilidad y la chulería de Ángel
Puente como portavoz del Gobierno del PP y CxA. ¿Cómo pueden entender tres
jueces que insultar a la ciudadanía un político, un servidor público es sólo
libertad de expresión? ¿Qué valores están poniendo sobre la mesa con esa
liberación de condena? ¿Qué ejemplo de políticos quieren que continúen
dirigiendo nuestros Ayuntamientos? Digan lo que digan, a nosotros nos insultó y
no nos ha pedido disculpas.
Ángel
Puente es oficialmente inocente. Pero nadie se olvida de lo que hizo en nuestra
ciudad. Su manera de entender la política, basándose en el ataque permanente y
en el insulto muchas veces, ha dejado una triste huella en todos los vecinos.
Es inocente, pero todos conocemos qué clase de político es. Hoy sigue apartado
de la política por los suyos, algo que tiene que alegrarnos a todos.
Nunca quisimos que nos pagara una indemnización, en eso se equivoca: no todos somos iguales. Nos basta con el tiempo que ha tenido que pensar en su posible condena, por si esto le ha hecho reflexionar sobre su modo de actuar. Si no lo ha hecho así, allá él.
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