Yo, en
este año que llevamos juntos, creo que este manifiesto está muy cercano a
nuestra historia. En el manifiesto de 1868 expresan los motivos de su acción.
Afirman que la ley fundamental estaba pisoteada, que no se utilizaba en defensa
del ciudadano; que estaba corrompido el sufragio; que la seguridad individual
no dependía del derecho propio, sino de la irresponsable voluntad de las
autoridades, que estaba muerto el municipio, que la Administración y la Hacienda eran pasto de la
inmoralidad y del negocio, que la prensa estaba muda.
Qué
motivos tan cercanos a lo que hemos vivido durante estos 365 días. Este equipo de gobierno no nos ha dado la
palabra, nos ha quitado la voz en la televisión pública, nos ha enviado a las
fuerzas de seguridad, nos ha puesto multas, nos ha denunciado, nos ha insultado, han vendido el agua no teniéndolo en su
programa electoral, por negocio.
En 1868
se preguntaban “¿Habrá algún español tan ajeno a la desventura de su país que
nos pregunte las causas de tan grave acontecimiento?” Eso nos preguntamos
nosotros, alcazareños, hace 365 días y decidimos crear la plataforma de defensa del agua pública
porque no queremos que una multinacional se enriquezca con nuestra agua.
En 1868 gritaban: “¡Españoles!, ¿quién
aborrece tanto a España que se atreva a
exclamar: así ha de ser siempre?” y ese es nuestro grito, nuestra lucha por la remunicipalización, para que
nuestra agua sea pública y de gestión
transparente, porque no queremos que siga siendo privada, porque queremos vivir
la vida de la honra y de la libertad.
Pero el
manifiesto termina con un llamamiento a todos los españoles con el que yo personalmente
me identifico. En él se pide a los españoles que acudan a apoyar el movimiento
revolucionario, pero no con la furia de la ira, siempre débil, sino con la
solemne y poderosa serenidad con que la justicia empuña su espada.
En eso
estamos, nuestro movimiento no es de un día de furia. La tuvimos y nos encerramos,
pero seguimos todos los lunes en asamblea, todos los viernes en la concentración,
365 días de mesas, manifestaciones,
lecturas, encuentros, cine, conciertos, murgas con serenidad, todos los
días... porque la justicia está de nuestro lado.
Así que
me apropio el lema de la revolución de 1868 transformándolo
¡Viva Alcázar con honra!
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