jueves, 11 de julio de 2019

¿QUIÉN DA LA ORDEN?

Hay acciones que se convierten en símbolos, en señales visibles de la voluntad de una persona o de un colectivo o de un pueblo. Hay actos que van más allá de las pocas cosas que modifican, que lanzan un mensaje general para que todos lo entiendan. Por ejemplo, una banderita en un balcón es un simple adorno de la casa, pero cualquiera entiende que lo que se pretende es algo más, es apoyar una causa, o rechazarla, o demostrar unas ideas, o celebrar una victoria.

Las manos azules puestas en las rejas de Aguas de Alcázar son algo más que una decoración o un entretenimiento. Esas manos azules, puestas ahí desde que en febrero de 2014 la mayoría de un pueblo salió a la calle para defender su empresa de aguas, representan un mensaje claro: esta empresa es nuestra, no es ni del alcalde ni de la multinacional; y si el alcalde o alcaldesa y la multinacional se la apropian, que sepan que siempre lo consideraremos una usurpación.

Esas manos en las rejas de Aguas de Alcázar, ese grito constante contra la privatización, ha permanecido ahí durante años. Sabemos que hay a quien no le gusta verlas, pero no se habían atrevido a quitar ese recordatorio constante de que Alcázar se alzó mayoritariamente contra la entrega de la empresa, y de que aún seguimos luchando por recuperar lo que es nuestro.
Pero justo el lunes después de las elecciones municipales, justo cuando se supo la composición de la nueva Corporación, justo entonces se retiraron las manos azules. Desde entonces, cada lunes se retiran las manos colgadas de las rejas, se retiran en cuanto se ponen. ¿Quién da la orden? La gerencia de la empresa está ahora ocupada por un empleado de Aqualia que ha mantenido -suponemos que no con agrado- las rejas con los símbolos azules. ¿Qué ha cambiado para que se quiera borrar toda huella de lucha? ¿Quién quiere que nos olvidemos de Aguas de Alcázar? ¿Quién prefiere que simplemente paguemos la factura sin rechistar, como hacen los buenos siervos, y no reivindiquemos lo que creemos justo? ¿Quién nos prefiere dormidos, de rodillas, sometidos?

Sea quien sea, después de las elecciones de mayo se ha visto con la fuerza y la arrogancia suficientes para dar la orden de que nadie vea más manos azules en Aguas de Alcázar. A lo mejor ese resultado electoral tiene algo que ver.

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