El portavoz de la Plataforma, Juan Garrido, recordó que el día anterior había sido el Día Internacional de los Derechos de la Infancia y, que en relación con el derecho básico al agua, era conveniente y humano recordar que setecientos cuarenta y ocho millones de personas en el mundo no tienen acceso al agua potable y que un millón y medio de niños mueren cada año por problemas relacionados con el agua.
Acto seguido pudimos escuchar una nueva edición del Noticiero del Agua, a cargo de Raúl Zarco. Podéis conocerla en su integridad en el vídeo de Ismael Morollón que, como siempre, os enlazamos al final de esta entrada.
Y tras el Noticiero, Juan Garrido leyó un artículo sobre la relación entre el aforo de los plenos y la democracia; este artículo ha visto la luz también en El semanal y dice así:
AFORO LIMITADO:
DEMOCRACIA
LIMITADA
El
pasado viernes día 14 de noviembre, la Plataforma del Agua, en su concentración
de los viernes realizó una protesta que llamó “aforo limitado: democracia
limitada”. Se trataba de decirle democráticamente al equipo de gobierno que no
se puede actuar arbitrariamente, según los intereses partidistas o personales.
Me explico:
En
los últimos plenos de la corporación municipal, vemos cómo se va reduciendo el
aforo reservado a los ciudadanos que quieren asistir a las sesiones plenarias y
ver en directo a nuestros ediles. Preguntando un vecino, en el último pleno
ordinario, que cuál era la normativa del
aforo y que quién decidía el número de asientos, contesta el concejal de
seguridad ciudadana que hay un informe del arquitecto municipal que aconseja reducir
el aforo por precaución y que reunido con el jefe de la policía decidieron el
aforo.
Bien,
pues tengo que decir que el concejal de seguridad ciudadana nos está mintiendo
y que no entiende qué significa la democracia, porque no basta con tener estructuras democráticas, sino que es
imprescindible adoptar valores, actitudes y conductas democráticas. Digo que
miente porque en otros actos realizados en el salón de plenos el fin de semana
del 6 al 8 de noviembre con motivo de los actos en torno a Cervantes,
comprobamos que el salón de plenos había duplicado su capacidad. Y si no es
mentira lo que dijo el concejal, entonces es un acto de irresponsabilidad
tremendo exponer a los ciudadanos a un posible accidente.
¿Qué pasa en realidad?: como
lo que pretenden, desde el equipo de gobierno, es poner trabas a la
participación ciudadana en general y concretamente a la Plataforma del Agua,
porque no les apetece escuchar las preguntas que se realizan, se “inventan”
esas ocurrencias.
Así que, desde la Plataforma
del Agua, aprovechamos los medios de comunicación, para denunciar ante la
ciudadanía este comportamiento arbitrario e irrespetuoso. En esto también
lamentamos que la televisión pública no nos dé la palabra, volviendo a las
andadas. Y le decimos al equipo de gobierno que exigimos respeto y un trato
igual a las demás asociaciones ciudadanas, porque nuestra asociación es tan
legal como las demás, tiene un carácter altruista y persigue un objetivo muy
digno: defender el agua pública. Durante este conflicto ya hemos sufrido un
trato discriminatorio, por ejemplo con nuestro mercadillo solidario y otras
acciones reivindicativas de la Plataforma.
También quiero recordar a los
vecinos y vecinas de Alcázar, para que nunca se nos olvide, que quien ha
regalado nuestra agua a la multinacional Aqualia ha sido el equipo de gobierno
formado por el Partido Popular y Ciudadanos por Alcázar, que los únicos
responsables de que Aqualia gane y Alcázar pierda, han sido ellos.
Ellos son los culpables de
que “por el saber hacer” se lleve la multinacional Aqualia 1.065 euros diarios,
que por los intereses del préstamo se lleven otros 715 euros diarios, que por
el mantenimiento informático se lleven 484 euros diarios, que por un control de
calidad otros 172 euros diarios más, que por la centralita y la atención al
cliente, 106 euros diarios, por los consumos municipales, 882 euros diarios, sin
contar el alcantarillado que dejará de cobrarlo el Ayuntamiento y lo cobrará la
empresa. Todo esto supone más de 3.000 euros diarios, que ingresarán en las
arcas de Aqualia.
Además de ver como los
suministros y obras de mantenimiento ya no lo hacen las empresas y comercios de
nuestra ciudad.
Salud y agua pública.
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