En el caminar de la Plataforma contra la
Privatización del Agua han ido surgiendo cuestiones varias…
¿Recuerdan aquella frase de un miembro de
nuestro gobierno municipal dirigida a la Plataforma: “que los representantes democráticos elegidos por los
ciudadanos serán quienes tomen las decisiones que correspondan”?
¿Para qué sirve
llenarse la boca hablando de democracia, si niegan los cauces de participación
democrática y ciudadana?
¿Para qué sirve la
exaltación de nuestra Constitución, si nos prohíben la libertad de expresión y de reunión, nos sancionan y nos limitan los
derechos que la Constitución defiende?
¿Para qué sirve
proclamar los valores sociales, el bien común y el interés del pueblo, si
priman los intereses partidistas?
¿Para qué sirve
exigir respeto a los gobernantes elegidos, si ellos no respetan (amenazan e
insultan) a sus vecinos electores?
¿Para qué sirve
decirle al pueblo que es soberano, si sus políticos y gobernantes, en vez de
actuar como delegados del pueblo, se convierten en ‘dueños del cortijo’?
¿Para qué sirve
que nos digan que asumen su responsabilidad de gobernar en nombre del pueblo,
si después pagan sus errores con el patrimonio del pueblo?
Desde Montreal, comentaba Julio Herrera: “No hay quién hable mejor de la democracia que lo dictadores, ni quién hable más de lealtad que los traidores, ni quién alabe más la sinceridad que los hipócritas. Si hoy Judas Iscariote volviera sería “demócrata-cristiano”.
La
Plataforma continúa su camino: sus asambleas, sus concentraciones, sus
actividades informativas, etc.
También
dentro de la Plataforma, a lo largo de nuestro caminar, han ido apareciendo diversas
reflexiones, poemas y textos en defensa del Agua Pública.
Aprovechamos
la ocasión para recordarles
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